Son ya miles de personas en todo el mundo las que utilizan este tratamiento para no depender de sus lentes de contacto o gafas y como más beneficiados se encuentran los deportistas, estudiantes y opositores.

Ortoqueratología

¡Disfrute de una visión perfecta todo el día!
Sin gafas, sin lentes de contacto durante el día, sin cirugía laser.
Indicado en adolescentes y jóvenes para controlar su miopía, en personas que realizan deporte, y en usuarios que no pueden usar lentes de contacto.

Quieres conocer más…

¿Qué es la ortoqueratología?

La academia Americana de ortoqueratología define la OrtoK como un procedimiento no quirúrgico que utiliza lentes de contacto rígidas permeables al gas (RGP) con el propósito de reducir temporalmente los defectos refractivos.
Es un tratamiento reversible y seguro mediante el que se logra reducir la graduación de forma temporal modificando la curvatura corneal.
Básicamente se trata miopía y en menor cantidad el astigmatismo, y actualmente existen nuevos diseños para hipermetropía.

¿Desde cuándo existe?

En la década de los 60 se describen los primeras técnicas ortoqueratológicas. Primero se usaban en régimen diurno, y a mediados de los 90, como consecuencia de mejoras en los materiales de las lentes de contacto (mejor humectabilidad, dureza, resistencia, transmisibilidad al oxígeno..) se comienza a realizar de manera nocturna.

¿Es posible reducir la miopía o hipermetropía?

Hay dos métodos para reducir y eliminarla: uno quirúrgico e irreversible, y otro no quirúrgico y reversible que utiliza lentes de contacto.

¿Cuántas dioptrías se pueden reducir?

Va a depender de las particularidades de la persona. En una córnea normal y sana se puede eliminar una media de hasta -10.00 dioptrías de miopía y hasta -1.75 de astigmatismo. En hipermetropía se pueden eliminar hasta +4.00 dioptrías.

¿Cómo actúan?

Están diseñadas para aplanar, progresivamente y sistemáticamente, la superficie central de la córnea. El efecto es similar al obtenido mediante cirugía con láser para corregir la miopía.
Estas lentillas no “aprietan” ni “aplastan” la córnea, sino que la moldean para conseguir modificar la curvatura. Esto lo consiguen gracias a las fuerzas hidrodinámicas que se generan entre la córnea y la lente de contacto, espacio relleno siempre por lágrima.

¿Es una técnica segura?

Es muy segura cuando se aplica correctamente, tanto en su adaptación como en su manejo.
A diferencia de los procedimientos quirúrgicos, el tejido corneas no sufre incisiones ni vaporizaciones por rayo láser, sólo hay que llevar a cabo una manipulación correcta y los cuidados adecuados para conservar la salud ocular.

¿Todas las personas pueden realizar el tratamiento?

Puede ayudar a la mayoría de personas a mejorar su visión, pero es cierto que el procedimiento es más eficaz para prescripciones dentro de un rango de graduación. Hay otros factores como la rigidez de la córnea, su forma que determinan su uso.

¿Qué riesgos puede tener?

No se esperan riesgos en la salud ocular, pero existen las mismas posibles complicaciones que en cualquier tipo de lente de contacto desechable, como es la irritación transitoria o inflamación, el roce mecánico, abrasiones o úlceras. Todo debidamente controlado tiene una probabilidad mínima de que suceda.
Las lentes no pueden desplazarse hacia la parte posterior del ojo (lo cual es anatómicamente imposible) y rara vez se descentran.

¿Molestan?

Es sorprendente lo cómodo que resulta su uso, y muchos pacientes dejan de notarlas en tan sólo minutos tras su colocación.